La obra de Ricardo Carpani llega a Neuquén

img_2250-ricardo-carpani-basta-1962-coleccion-mudia-563x375El director del Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén, Oscar Smoljan, repasa aspectos que forman parte de la identidad del MNBA como centro cultural de la Patagonia.

El próximo 12 de septiembre, coincidiendo con un nuevo aniversario de la fundación de nuestra ciudad, el Museo Nacional de Bellas Artes Neuquén cumplirá sus primeros diez años de vida en lo que constituye su actual emplazamiento.

Es mi intención repasar algunos aspectos que forman parte de la identidad del museo como centro cultural de nuestra región, sea por su relevancia, tanto nacional como internacional, como por el impacto que ha tenido en la vida misma de nuestros habitantes.

Un museo es un fenómeno complejo y multifacético que involucra innumerables consideraciones. Se lo puede ver como un lugar de encuentro, abierto y democrático. Se lo puede analizar desde el punto de vista meramente artístico, por la composición de su colección. También como custodio del acervo artístico de una sociedad. Se lo puede entender además, como una usina generadora de ideas que contribuyen al debate y enriquecen las diversas miradas.

El MNBA Neuquén cumple con estas premisas, y ocupa un lugar destacado en el concierto de los museos nacionales y latinoamericanos, pero suma además a estos elementos otros más particulares, inherentes a su propia historia, a su propia identidad como museo.

En estos años, el MNBA Neuquén produjo distintas muestras de artistas plásticos consagrados que, por diferentes circunstancias y vaivenes de nuestro país, no habían podido exponer en el museo de arte más importante de Buenos Aires.

El primero de ellos, y tal vez el más emblemático, fue León Ferrari, considerado uno de los grandes artistas conceptuales de Latinoamérica. Consagrado en el mundo artístico y cultural, ganador del León de Oro de la Bienal de Venecia pero, durante décadas, negado e incluso perseguido en nuestro país.

A Ferrari le siguieron otros creadores que pasaron por el museo y dejaron su impronta, y ese paso también tuvo el significado de la reparación de una deuda que la cultura nacional tenía con estos talentos argentinos.

Tal fueron los casos de Raúl Lozza, Juan Melé, cuyo cuerpo de obra fundamental de más de sesenta trabajos de todos sus períodos donó al museo, en un gesto de inmensa generosidad. Pero también el MNBA Neuquén albergó la obra de otros grandes que también conocieron años de silencio, como Margarita Paksa, Diana Dowek, Ricardo Laham o Manuel Espinosa.

Y en ese camino, se inscribe la que será la muestra conmemorativa de estos diez años de vida del museo y que es la primera gran retrospectiva que tendrá lugar en el MNBA de Ricardo Carpani.

Formado en el taller de Pettorutti y posteriormente siguiendo los dictados de Lino Spilimbergo y Antonio Berni fue fundador del grupo Espartaco a finales de los 50; artista ícono de las luchas sindicales, políticas y estudiantiles de los años 60 y 70; perseguido por las dictaduras por su férreo compromiso político y social en favor de los más débiles.

Será un viaje inolvidable y necesario por sus distintas etapas creativas: el Grupo Espartaco, sus obras emblemáticas como El Desocupado o la serie Los Amantes, sus retratos de personajes como Roberto Arlt o Rodolfo Walsh, su serie de Martín Fierro o La Jungla, una metáfora de la Argentina caníbal con la que se encontró a la vuelta del exilio, y dos esculturas: El Grito y Los Amantes, entre otros trabajos.

Y será un triple regalo de cumpleaños: primero, a la ciudad que cumple 110 años de existencia, luego al MNBA Neuquén, que ha marcado su historia a lo largo de una década y finalmente a los patagónicos, aquellos que han venido acompañando y sosteniendo este museo con su apoyo y compromiso inalterable.

Por Oscar Smoljan

Director Museo Nacional de Bellas Artes Neuquén. FUENTE: Diario Río Negro

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Biografía de Ricardo Carpani

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