El 4 de mayo comenzó en San Martín de los Andes el sexto Festival Internacional del Títere, que se extenderá hasta el domingo con once elencos de la región y de otros países.
Con la presentación del grupo Barco de Papel, de Viedma, y de los bonaerenses de Las Cotorras, San Martín de los Andes vive desde ayer una nueva edición del Festival Internacional del Títere. Se trata de “un evento destinado a promover el teatro de títeres, favoreciendo la formación de espectadores y generando espacios que faciliten el desarrollo de la capacidad creadora y expresiva”, explicó Daniel Aguirre, integrante de la compañía La Pelela Títeres de esa cuidad, que junto a la Secretaría de Expresiones Comunitarias, a través de la Subsecretaría de Cultura, promueve esta actividad.
En su sexto año consecutivo, el evento, que se extenderá hasta el domingo, realizará cerca de 70 funciones que llegarán de manera libre y gratuita a más de 15 mil chicos de distintas escuelas y público en general. Habrá elencos de México, Venezuela, Chile, Colombia, Neuquén, Córdoba, Viedma, Rosario y Buenos Aires.
Con sede principal en el Teatro San José y en el centro cultural Cotesma de la ciudad, el festival también se desarrollará simultáneamente en Zapala y Junín de los Andes.
Además del ciclo de funciones, habrá una exposición de marionetas de Kike Sánchez Vera, un taller de construcción y manipulación para público en general, una Peña Titiritera y un desfile con títeres gigantes.
Se expande
“Para hablar del sexto festival tendríamos que hablar del primero”, dice Aguirre, haciendo foco en la dimensión que ha cobrado esta iniciativa.
“En el primero se presentaron tres grupos con seis funciones. Ahora son 11 elencos y se hacen poco más de 70 funciones. El crecimiento que ha tenido nos sorprende y nos alegra. Solamente en San Martín vamos a ofrecer 48 funciones”, resaltó el titiritero, oriundo de Allen, que 18 años atrás se instaló en la ciudad cordillerana.
Aguirre hace más de 25 años que se dedica a los títeres y ha tenido la oportunidad de participar como invitado en distintos festivales. Sin embargo, dice que la ciudad se merecía tener su propio festival, y así comenzó a gestarlo, como una especie de “gracias” a la comunidad que tan bien lo recibió.
Con seis ediciones transitadas, el titiritero considera que el éxito del festival radica “fundamentalmente en que la gente de acá se lo apropió. Se ha creado una demanda y una necesidad de consumir, en el buen sentido de la palabra, este tipo de eventos y hubo que responder cada vez más. Las funciones para las escuelas ya están agotadas. Los docentes se preocupan y están atentos para anotarse y participar del evento. Y la comunidad en general participa muchísimo”.
Convertido en uno de los certámenes de títeres más importantes de la Patagonia, Aguirre considera que el momento que vive esta iniciativa tiene que ver con que, “contrariamente a lo que suponemos, el movimiento de titiriteros en toda Latinoamérica es muy fuerte”. Según él, hay una idea general de que el teatro de títeres es como un “primo segundo” del teatro, “pero lo que la gente no sabe es que se está trabajando a un nivel interesantísimo”.
Detrás de un sueño
En la última edición, el festival permitió que solamente en San Martín de los Andes más de 5.500 chicos y chicas de la ciudad y de parajes rurales pudieran acceder en forma gratuita a la presentación de obras de altísimo nivel artístico. A esto se agrega que en la edición 2012 se realizaron 10 funciones en la ciudad de Zapala, que se incorporó como subsede del festival, y que convocaron la participación de casi 4.000.
Para este 2013 se suma Junín de los Andes, por lo que se estima que, entre las tres ciudades y sumando la asistencia de las escuelas rurales, participarán del festival aproximadamente 15 mil chicas y chicos. Una cifra más que significativa que nutre las aspiraciones de Aguirre de que el teatro de títeres deje una huella.
“Por ahí estoy loco, por ahí capaz que es una pavada lo que pienso, pero es muy probable que dentro de unos años nos olvidemos de esta nota y de que tuve la posibilidad de hablar en un diario, pero el niño que vio una función de títeres no se olvidará. Los títeres, y el arte en general, dejan una marca en los niños que tiene que ver con esa posibilidad de poder soñar otras cosas, de sentirse parte de una realidad. El niño no se olvida. Me gustaría que dentro de unos años, si le pregunto a un chico si alguna vez vio títeres, me diga que sí. Queremos ir haciendo historia con los niños”, consideró.
FUENTE: diario La Mañana Neuquén