Con su traje azul, capa roja y unos músculos sobrehumanos, Superman estrellaba un coche verde contra un acantilado en aquella primera edición de «Action Comics», de la que hoy se cumplen 75 años. Había nacido el primer superhéroe de la historia del cómic.
Diez centavos costaba en 1938 el cuadernillo de 64 páginas, un precio que entonces equivalía al de una barra de pan o cuatro litros de gasolina. En 2011, tras más de siete décadas de historia, un ejemplar de esta primera edición se subastó por más de dos millones de dólares.
En realidad, Superman no estaba destinado a ser un superhéroe, sino más bien un supervillano. Sus creadores, Jerry Siegel y Joe Shuster, se conocieron en la escuela en Ohio e idearon juntos el musculoso personaje enfundado en un ajustado traje azul.
Al parecer, la muerte del padre de Siegel durante un robo marcó el punto de inflexión, y Superman pasó a ser un superhéroe bueno con superpoderes: velocidad y fuerza extremas, invulnerabilidad, oído privilegiado, vista telescópica y microscópica y por supuesto, la capacidad de volar.
Siegel y Shuster diseñaron una completa biografía para su «hombre de acero». Nació con el nombre de Kal-El en Krypton, llegó a la Tierra lanzado por su padre -un científico- en un cohete espacial para protegerlo de la inminente destrucción del planeta. Superman aterrizó por casualidad en Kansas, donde fue adoptado por un matrimonio sin hijos que lo crió como Clark Kent.
Más tarde, Clark empezaría a trabajar como reportero en el diario local, mientras compagina su tarea con la de Superhéroe allá donde haya crímenes o injusticias.
Tras muchos rechazos, una editorial accedió a publicar la primera historia de Superman en la colección «Action Comics #1» con una edición de 200.000 ejemplares. Y muy pronto, aquel primer cuadernillo se convirtió en un éxito de ventas, tras el que vendrían cómics dedicados sólo a Superman, películas de Hollywood y series de televisión.
Superman se convirtió en un icono estadounidense mientras el mercado del cómic clásico se iba desmoronando. Shuster y Siegel murieron en los años 90, tras décadas de campañas en los tribunales por los derechos del superhéroe. El año pasado, sus sucesores convirtieron en bloguero al reportero Clark, en un intento de adaptarlo al espíritu de los tiempos y atraer lectores.
Aún hoy sigue sin conocerse a quién tenían en mente Siegel y Shuster cuando idearon a Superman. Según contó a «The New York Times», Larry Tye, autor de un libro sobre el padre de todos los superhéroes, héroes clásicos como Hércules y Sansón habrían tenido su influencia.
Además, también se conservan algunos bocetos realizados por Shuster, encargado sobre todo del dibujo, de un hombre que encontró por la calle y cuyo rostro utilizó como modelo para el personaje. Al parecer, incluso él mismo se puso frente al espejo para crear a Clark Kent y Superman.