Juan Matías Loiseau -mejor conocido como Tute- es un humorista gráfico argentino y es el hijo mayor del historietista Carlos Loiseau -mejor conocido por Caloi-. Parte de su humor está atravesado por el psicoanálisis e incluso tiene una serie de chistes gráficos que reflejan situaciones en el consultorio del analista.
Por Federico Bosch*
FUENTE
Sigmund Freud alegaba que: “El humor es la manifestación más elevada de los mecanismos de adaptación del individuo”, en ese caso podríamos considerar a Tute en propiedad de una adaptación exitosa. Desde el mismo sentido común podemos concordar que el humor es un mecanismo de defensa necesario para soportar las dificultades cotidianas, cuanto más útil es para hacer tolerante nuestras propias falencias, miedos o limitaciones.
El mismo Tute en una nota publicada tiempo atrás menciona a Freud como fuente de inspiración de su humor:”…un tipo fascinante que descifró muchos códigos de la existencia. A ellos recurro. La técnica del psicoanálisis está muy emparentada con el humor: dónde pone el ojo el observador, ese moverse en la periferia de lo que se dice. El humor juega con esos disfraces, también con la poesía y con la síntesis.”
Tal vez la mayor virtud de sus chistes gráficos sea el de poner en tela de análisis los presupuestos que se tienen sobre la terapia psicoanalítica y la sacralidad de ese espacio.
Incluso en algunas tiras la figura del analista es puesta en cuestión, incluso marcando la falibilidad del mismo o su impotencia para resolver los desafíos discursivos de sus pacientes.
O en otras las distintas representaciones sociales que se tiene sobre lo que pasa en el diván del psicoanalista, permite que a través de la exageración o el ridículo, poner en juego las creencias individuales sobre el mismo.
La obra de Tute en particular, y la de otros humoristas gráficos en general, no solo sirve para cuestionar desde el humor la representaciones que el público, como actual o potencial usuario del diván de un psicoanalista, tiene de la tarea psicoanalítica sino que posibilita además a los propios analistas distanciarnos y pensar sobre nuestra labor al mismo tiempo que nos reímos de nosotros mismos y de las vicisitudes de nuestra labor.
En todo caso valga esta breve reseña de su obra y la recomendación de visitarla. Muchos de su chistes se encuentran en la red o en periodicos y además existe una compilación publicada hace un par de años “Tuteterapia”.
El trabajo del humorista tiene en común con la del analista que es una continua búsqueda de encontrar un nuevo sentido a lo establecido, mientras el primero bucea en las representaciones sociales el segundo lo hace en los discursos de sus analisados.
*Psicólogo y Psicoanalista