La canadiense Alice Munro (82) es la primera escritora de su país en obtener el prestigioso premio. Una “maestra del cuento breve” ganó el Nobel de Literatura Notas relacionadas
La escritora canadiense Alice Munro reaccionó con su típica modestia ayer cuando le dijeron que había ganado el Premio Nobel de Literatura, declarándose “sorprendida y muy agradecida”.
La Academia sueca describió a Munro, de 82 años, como una “maestra de la narración breve contemporánea”, un género al que rara vez se le ha adjudicado el premio literario más prestigioso del mundo.
En un comunicado difundido por su publicista, Munro dijo: “Estoy sorprendida y muy agradecida. Me alegra particularmente que haber ganado este premio deje contentos a muchos canadienses. Estoy feliz también de que esto traiga más atención sobre la literatura de Canadá”.
Más temprano, Munro había declarado a la cadena CBC que la posibilidad de ganar el galardón, para el cual su nombre se mencionaba desde hacía décadas, había estado lejos de su mente por “asuntos familiares” que la mantenían ocupada. “Y, por supuesto, sólo parecía uno de esos sueños imposibles que podrían hacerse realidad, pero probablemente no. Estoy muy sorprendida”, dijo a la CBC.
“Mis historias han llegado bastante lejos”
Munro contó que se enteró de que había ganado cuando la despertó su hija para contarle que el comité del Nobel en Suecia le había otorgado el premio. “Sabía que tenía posibilidades, sí, pero nunca pensé que ganaría”, dijo a la CBC. “Estamos en medio de la noche acá (en Canadá) y me había olvidado de ello”.
Munro dijo que haber sido galardonada “es un hecho espléndido. Estoy pensando en mi padre y en lo feliz que hubiera sido, y por supuesto, en muchas otras personas que me rodean… (que) siempre me han apoyado en mi escritura”.
La autora se mostró sorprendida también de que sus cuentos hayan sido tan publicados y bien recibidos por los lectores. “Mis historias han llegado bastante lejos para ser cuentos cortos. Y realmente espero que esto haga que la gente vea el cuento como un arte importante y no sólo como algo con lo que uno juega un poco hasta escribir una novela”, comentó.
Munro contó que su segundo esposo, quien murió hace unos meses, hubiera estado muy feliz, y anunció a la CBC que no cree que reconsidere su decisión de dejar de escribir, «porque me estoy volviendo un poco vieja».
Lluvia de elogios
Las bibliotecas públicas de todo Canadá, por su parte, instaron a los lectores a “retirar los libros” que tienen de ella. La librería en Victoria, Columbia Británica (oeste), que Munro abrió con su primer marido en 1963 festejó el premio, que coincide con la celebración de su 50° aniversario.
La revista canadiense Walrus invitó a los lectores a realizar un “viaje a través del país Munro, donde se forjó la escritora”, al publicar un cuento suyo sacado de los archivos.
Por su parte, la actriz y cineasta Sarah Polley, directora de la película basada en un cuento de Munro, “Lejos de ella” (Away from Her), con Julie Christie, se hizo eco de las reacciones populares de alegría. “Es muy agradable cuando las personas que no buscan obtener reconocimiento lo reciben de todos modos”, dijo.
Por su parte, la novelista mexicana Elena Poniatowska consideró más que merecido el premio y auguró que este reconocimiento fomentará el género de relatos cortos y una mayor atención a las mujeres escritoras. “Es una gran alegría porque es una gran escritora, y es la primera vez que le dan a una cuentista el Nobel. De veras que se lo merece”, dijo desde su casa en la capital mexicana.
Su colega chilena Isabel Allende felicitó a Munro, cuyos cuentos ha leído “con fascinación de lectora y curiosidad de escritora. ¿Cómo consigue crear personajes tan profundos y universos tan completos en pocas páginas?”, se preguntó, celebrando la “maravillosa noticia”.
“Felicito a Alice Munro de todo corazón por esta distinción, la más prestigiosa del mundo”, dijo la autora de varios best sellers.
Munro ganó el Nobel de Literatura por sus relatos cortos enfocados en la fragilidad de la condición humana, lo cual le valió ser llamada la “Chéjov de Canadá”, en referencia al escritor ruso Antón Chéjov. Es la decimotercera mujer y la primera canadiense en obtener premio.
En Mendoza tiene lectores fieles, pero nunca fue un best seller
Por Camila Reveco
“Siempre despierta interés conocer un premio Nobel de Literatura”, comenta María del Pilar García Santos, de la librería homónima. En el local de calle San Martín hay a la venta tres obras de Alice Munro: “Mi vida querida” (2013), “La vida de las mujeres” (2011) y “El amor de una mujer generosa” (2009 ). ¿Los precios? Entre $ 80 y $ 160 y no hay ediciones de bolsillo. “Los libros de Munro se han vendido siempre, aunque no en forma masiva. No son un best-seller”, aclara García Santos.
En una recorrida por las librerías del centro de Mendoza se descubre que sus ediciones no abundan, pero existen. En algunas no figura en catálogo y en otras se consiguen los ejemplares de sus relatos más recientes. Mientras tanto, los libreros esperarán a las ediciones especiales de la flamante premio Nobel, que no salen en el momento pero tiene precios muy accesibles.
Sin embargo, a partir de ahora la “maestra del relato corto” despertará la atención de los curiosos, como ya lo hizo con Ana de Llera, una lectora mendocina que durante la mañana de ayer entró a una librería preguntando “por la escritora que ganó el Nobel”.
La clienta, entusiasmada, revisó los libros y eligió uno en particular que fue envuelto para regalo. “El cumpleaños de una persona muy querida coincide con los premios así que siempre le tengo de regalo al ganador”, dijo sonriente.
En el Centro Internacional del Libro (calle Lavalle), la empleada Silvina Ramírez ya había colocado a primera hora de ayer en vidriera “La vida de las mujeres”, uno de los libros más vendidos de Munro en Mendoza. “Además de esta versión en español también lo vamos a pedir en inglés”, comentó y agregó: “Y lo llevaremos a la Feria del Libro, donde tenemos un stand en el Le Parc”.
El periodista y escritor Mauricio Runno compartió la experiencia que tuvo al leer (en portugués) los cuentos reunidos en “Demasiada felicidad” (2010). “Me parecieron geniales. Tiene un gran poder descriptivo, mucha sensibilidad y trabaja muy bien la ironía. Sus personajes son densos, profundos y muy reales. Lo que a cualquier escritor le puede costar cinco o seis páginas de desarrollo ella lo resuelva muy bien en una sola. La capacidad que tiene para escribir corto es extraordinaria”.
Respecto al Nobel a Munro, opinó que le parece “una reivindicación del relato breve, género muy complejo, que necesita de mucha concentración y trabajo”.
Es que escribir corto exige de un gran ejercicio de equilibrio que autores clásicos como Anton Chejov, Katherine Mansfield y Daphne du Maurier, entre otros, han sabido demostrar. La veneración que acostumbramos a hacer de las autores de novelas de 400 páginas, ahora se “extiende” al relato corto.
FUENTE: diario Los Andes (Mendoza, Argentina)