«Falo Inteligente» de Jorge Nieto.
A estas alturas, en el 2013, en la escena del arte contemporáneo a nivel mundial, el shock no es un elemento a considerar durante la selección de una obra para una exhibición de tipo bienal.
Por Ismael Ogando
BERLÍN, Alemania.- Es vergonzosamente predecible toda la discordia generada en base a la selección de obras de la vigésimo séptima bienal de artes visuales de Santo Domingo.
Lo mismo sucedió en la bienal anterior con la selección de las obras de los artistas Moisés Pellerano y Marie Jiménez, de las cuales desglosé una reseña critica con mucho entusiasmo (Revista U no.63, Pág. 72) debido a la silenciosa incomodidad que estas piezas, en formato tradicional de óleo sobre tela generaron.
Curioso resulta que comparando aquella ténue reacción hacia unas obras de explícito contenido homo-erótico, con la actual militancia en contra de los artistas Jorge Nieto y Jay Yaport, seleccionados en esta bienal con una pieza de fotografía, donde se muestran dos diferentes variantes del ménage à trois (MIX) y un collage digital compuesto de penes erectos (Falo Inteligente), me da vergüenza.
A estas alturas, en el 2013, en la escena del arte contemporáneo a nivel mundial, el shock no es un elemento a considerar durante la selección de una obra para una exhibición de tipo bienal. La presencia de una obra en una exposición bienal, no crea su relevancia en base a su nivel de aborrecimiento, si no en base a su concepto y ejecución.
Luego de una serie de ataques por parte de miembros del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos y otras figuras de autoridad en el espectro del arte contemporáneo dominicano, Nieto tanto como Yaport, se han visto obligados a dar testimonio y a defender desde sus perspectivas, lo que consideran valido y digno de materializar, lo cual le da validez a su producción, independientemente de cualquier juicio emitido por supuestas autoridades del arte.
Comenzando con el díptico de Yaport (MIX), quien plantea de manera casi poética un acto tan abominable para la moral cristiana como es el coito a tres o los tríos sexuales como se han de conocer popularmente.
Yaport en su medio de expresión, la fotografía, nos presenta dos escenas consecutivas en una misma pieza, primero; dos hombres y una mujer, seguida por la de tres hombres, donde en ninguna de las dos escenas el acto sexual es consumado, sino que dan apertura a la imaginación y al privilegio de ponerle narración y trama a las mismas.
Fin y cometido del trabajo de Yaport, en su investigación sobre el hedonismo, la juventud y el sexo haciendo lazos con los criterios de moral que empujan manifestaciones naturales del cuerpo a ser reprimidas en bases a endoctrinamientos y la autosupervisión.
Tomando este lineamiento, podemos sin temor a equivocarnos, clasificar la obra de Jay Yaport en esta bienal como el resultado del análisis, donde el artista se cuestiona, cuál es el limite que separa una vida sexual satisfactoria con la inteligencia emocional, en un contexto social donde el binomio sexo/inteligencia es imposible de conectar.
Por otro lado, «Falo Inteligente», el trabajo de Jorge Nieto, “la pieza de los mil penes” es un muy personal estudio corporal. Partiendo desde las estructuras de poder, los modelos y representaciones sociales del cuerpo masculino, que se resumen a un muy conocido criterio, el tamaño del pene.
En una sociedad de valores patriarcalistas, la constante comparativa se concibe como cotidiana, pero en la perspectiva de Nieto, cada pulgada equivale a dinero. Nieto, en una muy cruda retórica, nos habla en su pieza sobre la explotación sexual, del miembro masculino erecto como un objeto exterior que provee pero es desprovisto de su original función, la cual el artista mirara con nostalgia.
La producción de arte contemporáneo, no es una serie de sustos e indignaciones, es un placentero estimulo intelectual que bien ejecutado, despierta nociones de alteridad propia, nos disponen en diferentes perspectivas para comprender un todo, pero la capacidad intelectual y el nivel de madurez del espectador tienen mucha importancia en el sentido de poder accesar a ciertas imágenes sin que estas nos resulten ofensivas.
Con esto digo, ¿cuál es el motivo para enfocar tanta ira en la obra de dos creadores que solo han planteado en lenguaje visual sus discursos, mas que obvio, sobre la realidad social en Republica Dominicana? Sus realidades, ¿cuál es el shock? Yo, en plena facultad de conocer la dinámica social de mi país, me atrevo a decir que no es cuestión de shock, sino mas bien yéndonos por la corriente psicoanalítica, esto es producto de los mecanismos de defensas del ego de ciertas personas, que en un súbito enfrentamiento se han visto expuestas y vulnerables. Lo cual me hace recordar una cita de el Talmud Bavlí que dicta; “No vemos las cosas como son, sino como nosotros somos”.
Y con esto cierro un texto que me llena de indignación tener que escribir, justo cuando después de mas de un año en diáspora, comenzaba a retomar la fe en la consciencia de mi país.