Winsor McCay y su pequeño soñador

‘Little Nemo in Slumberland’ es una obra maestra del cómic. La tira disfrutó de gran popularidad a principios del s. XX

Por Miguel Nuño.

Winsor McCay (1867 – 1934) ilustrador y pionero del cómic y del cine de animación, fue un artista inquieto que utilizó su extraordinaria habilidad gráfica y narrativa para experimentar con estos dos nuevos lenguajes que poco a poco daban sus primeros pasos. Ahora, Google le ha homenajeado con un espectacular ‘doodle’ en su portada.

A partir de 1905, en las páginas dominicales del periódico estadounidense ‘New York Herald’, McCay realizó su obra maestra: ‘Little Nemo in Slumberland’. Las oníricas aventuras del pequeño Nemo llevan más de un siglo maravillando a profesionales y aficionados de todo el mundo.

Cada domingo, el niño empezaba a soñar en la primera viñeta y despertaba en la última, a veces al caerse de la cama. Entre medias, McCay desarrollaba innovadoras historias de fantasía, que se continuaban al domingo siguiente y que fue enriqueciendo con secundarios como Flip, el Dr. Pill, The Imp…

Antes de ‘Little Nemo’ McCay dibujó dos serie cortas también en la prensa dominical: ‘Little Sammy Sneeze’, en la que narraba las catástrofes que provoca un niño con sus temibles estornudos y ‘Dreams of the Rarebit Fiend’, en la que contaba el sueño de un personaje, cada vez distinto, consecuencia de haber comido demasiado.

Estas dos series sirvieron al autor de campo de pruebas del nuevo lenguaje: trabajando la composición de página, el diseño de las viñetas o distorsionando el dibujo buscaba la máxima expresividad y la frescura narrativa y definía recursos para contar historias en el cómic.

‘Little Nemo’ disfrutó de gran popularidad mientras se publicaba y la serie fue adaptada como musical y película de animación, desarrollada ésta última por el propio autor.

Hoy, los creativos de Google rinden homenaje al artista y a su obra maestra con un espectacular ‘doodle’ animado, que recrea el principio y el final de una página del pequeño soñador.

 

FUENTE: diario El Mundo, de España

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